10 jun 2010

Inútil lamento del último habitante de un panteón en ruinas.

Soy un triste dios oscuro en un mundo gris.
Mis feligreses me odian, sus plegarias son blasfemias a mi nombre.

Mis elegidos maldicen su destino de haberme encontrado.


A pesar de ello los bendigo, pero los dones que ofrezco sólo traen traen más llanto.
Soy un triste, un muy triste dios oscuro.
En un mundo gris hecho de nieblas.

1 comentario:

  1. Es un poco poético, o sea, no lo entendí muy bien... pero me gustó.

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